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jueves, 23 de octubre de 2014

CLOSER. Cegados por el deseo


Closer es una tragicomedia estadounidense estrenada en 2004; una historia de pasiones, amor, sexo, abandono, insatisfacción y tentaciones, interpretada de manera sobresaliente por cuatro actores brillantes: Jude Law, Julia Roberts, Clive Owen y Natalie Portman.

Cuando la vi por primera vez no terminó de convencerme, quizá porque con quince años, a pesar de creerme poseedora de todo el conocimiento adulto, no tenía la madurez suficiente para entender las relaciones más allá de los cuentos de hadas. Sin embargo, algo tuve que ver en ella para que años más tarde decidiera darle otra oportunidad. Y esta vez sí la entendí y la sentí como su guionista, Patrick Marber, quería que la sintiera.

A veces las propias películas o libros son los que nos escogen a nosotros en el momento apropiado para calarnos hondo, y entran en nuestras vidas cuando deben hacerlo, ni antes ni después. Quizás si hubieras leído tiempo atrás aquel libro que tanto te gustó no le hubieras prestado atención, o puede que si hubieras visto tu película favorita años más tarde tampoco significara nada para ti. Todo depende del momento, de las circunstancias y de tu predisposición hacia esa obra. Creo que con Closer me pasó algo así, me escogió en el momento oportuno para convertirse en una de mis películas favoritas (y no precisamente por las acciones de los personajes, sino por los sentimientos que desprenden)... ¡O puede que me encantara de todas formas si la viera hoy por primera vez!

Es una película que no suele dejar indiferente, o te encanta o la detestas. Para muchos la historia es tan real como la vida misma; otros sólo ven a unos personajes que se lían con otros y los otros con los unos. No es una película de acción ni de intriga; tampoco una comedia ni un thriller, así que no te la recomiendo si eres de los que se aburren cuando los diálogos duran más de un minuto en la pantalla y no sabes apreciar los detalles de una mirada o un silencio. Para mí, esos personajes perdidos e inadaptados que llegan a la autodestrucción sentimental por su inconformismo o sed de lujuria (cegados por el deseo) es algo bastante certero que forma parte de la complejidad de muchas relaciones humanas.

Os dejo su banda sonora, The Blower's Daugher, un tema precioso del  británico Damian Rice.




"Hay un momento, siempre hay un momento... Puedo hacer esto, puedo dejarme llevar o resistirme."

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