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martes, 22 de marzo de 2016

La buena mentira

Las películas que tratan realidades tercermundistas suelen recibir una fuerte crítica por su tratamiento. Si aparecen imágenes realistas se dirá que hiere la sensibilidad o es demasiado efectista, pero si la historia tiene final feliz, el juicio se hará porque el producto es comercial y edulcorado.

Creo que La buena mentira encuentra un buen equilibrio en este sentido.  Despierta consciencias desde la sensibilidad sin caer en el dramatismo; conmueve pero no te destroza.

Nos encontramos, por encima de todo, ante una historia de supervivencia. La odisea de un grupo de niños sudaneses que ve cómo su hogar es arrasado por una guerra civil. Philippe Falardeau pone voz a estos llamados "niños perdidos de Sudán" en un drama salpicado con notas de comedia que da un resultado, para mi gusto, encantador.

Una película sensible y comprometida, hecha con mucho corazón.

         


Nota: Actualmente Sudán del Sur sigue viviendo el infierno de una guerra devastadora, encontrándose "entre las más terribles" del mundo, según un nuevo informe de la ONU. 
Hombres y niños asesinados a tiros, quemados vivos, asfixiados en contenedores, colgados de los árboles o cortados en pedazos, y miles mujeres violadas por las milicias del gobierno de Sudán, son algunos de los testimonios que llegan desde este país roto y desesperado.

Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha anunciado que la ayuda humanitaria para Sudán del Sur ha "colapsado" por completo y que las vidas de decenas de miles de niños corren peligro. (Si quieres realizar una donación a Unicef, pincha aquí).

jueves, 3 de marzo de 2016

Following a bird




Vuela alto, lejos de lo mundano,
y despréndete de roles adjudicados siguiendo tu propio vuelo.
Elévate hasta alcanzar una nueva dimensión que te devuelva la autenticidad
y desnude tus prejuicios.
Revélate y siéntete libre,

libre para atravesar las barreras de lo inútilmente establecido.
Obedece sólo lo necesario,
pero permítete elegir sobre las cosas importantes,
que a veces son las cosas más pequeñas.

Olvida los convencionalismos para diseñar tu propia subcultura,
esa que se crea desde el sentido común y los buenos sentimientos.

Que no te corten las alas
y pregúntate qué es lo que tú, y nadie más que tú, esperas de ti.

Abandona al miedo y piérdete,
porque sólo así encontrarás el camino de vuelta.


Inma P.