Los conceptos de izquierda y derecha surgieron con la Revolución Francesa según la posición que ocupaban en el Parlamento los dos grandes bloques políticos.
Dos siglos después, exigimos cambio y evolución a los diferentes partidos y sin embargo, la propia sociedad no es capaz de avanzar utilizando los términos del siglo XVIII. El sentimiento de pertenencia a un signo político hace que no tengamos una visión objetiva de las decisiones que tome un gobierno. La mayor parte de la sociedad está influenciada por la etiqueta “izquierda” o “derecha” que lleve cualquier decisión política . Si lo hace “tu” partido estará bien, y si lo hace el otro, estará mal. No importa lo que se haga, sino quién lo haga.
Que esta subjetividad no ciegue nuestros principios. Tenemos libertad para defender lo que está bien o mal independientemente del nombre que lleve.
SED LIBRES!
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